MARTIRIO Y ASESINATO DE CRISTIANOS POR LA YIHAD
Hace poco asesinaron en Libia a 21 cristianos coptos, cristianos que han de ser considerados como mártires de la Fe. Hoy, otros tantos kurdos en Irak.
Los responsables de todos estos crímenes son los llamados terroristas integristas del Estado Islámico, una gente sin conciencia que han hecho del asesinato su negocio, de la crueldad su pasión y de la maldad, su oficio. Esto ya no puede consentirse más. Nos estamos jugando el futuro. Nos estamos jugando la paz mundial. Y si no se corta esto ya, vamos a una tercera guerra mundial mucho más peligrosa, con armamento atómico de por medio. No les quepa duda de que el llamado Estado Islámico está tras ello, tras la adquisición de bombas atómicas, dado que ellos no tienen la suficiente capacidad intelectual para fabricarlas, pero si pueden comprarlas o robarlas.
La respuesta a todo ello, por parte de las grandes potencias, ha sido ínfima. Es ya imprescindible formar un ejército en condiciones y acabar con ellos en todos los puntos en donde ejercen: Irak, Pakistán, Yemen, Libia, Nigeria, Somalia… porque la cosa va a más.
Igualmente, es imprescindible controlar la educación de los jóvenes en esos países y en los occidentales. No se pueden consentir determinadas enseñanzas que incitan al odio y a la maldad. Ojo con los partidos políticos que defienden la rebeldía y la violencia, que aquí en España ya los tenemos también. La fiscalía ha de mirar con lupa todas sus actuaciones y las de los medios que los apoyan.
El Papa Francisco nos dice que en Cuaresma hemos de fortalecer nuestros corazones. Desde luego, porque “la indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos”. Es por eso que nos extraña el hecho del revuelo formado por el atentado contra el diario Charlie Hebdo, que contrasta con el silencio frente al asesinato en Libia de los 21 cristianos coptos, cuya única respuesta vino del gobierno de Egipto, pero ningún medio de comunicación español, salvo contadísimas excepciones, le ha dado mayor importancia al hecho. Es más, incluso han llegado a decir que la respuesta de Egipto ha sido desproporcionada. ¿Pero en qué mundo vivimos? Parece que la maldad se justifica, mientras que la bondad es materia de crítica y se permite la agresión contra ella.
Igualmente, algún que otro juez ataca a los Guardias Civiles que solo cumplen con el deber de impedir la entrada ilegal – entre otros – de muchos islámicos de ideas algo más que radicales. ¿Pero qué justicia tenemos?
Este mundo se acaba, pero no crean que la maldad tiene posibilidad alguna de triunfo. Al final se matan entre ellos siempre, porque su ideología malvada solo se alimenta de cuatro parámetros: egoísmo, agresividad, incompetencia y estupidez. Ahora bien, mientras se matan entre ellos, van a hacer un daño terrible a la humanidad. Las mujeres van a ser convertidas en algo peor que esclavas: en ganado. Las niñas serán violadas casi desde la cuna para que se vayan acostumbrando. Los niños serán obligados a matar desde que se tengan de pie, para que la maldad sea en ellos algo habitual. Y volveremos a la edad media, que no fue tan idílica ni mucho menos. Este mundo se acaba porque los que mandan en las grandes potencias no hacen nada para impedirlo.
Y la yihad no respeta fronteras. Ha matado y piensa seguir matando en todo el mundo: Estados Unidos (torres gemelas o maratón de Boston, por ejemplo), Rusia (Volvogrado), China (apuñalamientos en estaciones de tren), Dinamarca (recientes atentados de Copenhague), Reino Unido (atentados de Londres), España (el 11-‐M y los trenes), Francia (Charlie Hebdo), Italia (atentado contra San Juan Pablo II), Filipinas (la guerrilla del Frente Moro), etc. África, Asia, América, Europa e incluso Oceanía no están libres de las agresiones islámicas. ¿Es eso lo que queremos?
Pero no, lo que pasa es que hay mucho calzonazos disfrazado de progre. La razón por la que se consiente tanta maldad es solo una: el miedo. Nuestras autoridades, la oposición, la requeteoposición y la contraposición de la posición, son unos puros y claros cobardes. Esto pasó ya hace muchos años (la historia se repite de forma machacona). Primero fue en Roma. Un pueblecillo, los etruscos, con las ideologías griegas, porque ellos no tenían inicialmente ideas, se hicieron con el mundo, llegando a formar un imperio impresionante y cruel, pues era la crueldad quien les hacía temibles. Pero al final acabaron a palos entre ellos y se hundió el imperio romano. Hubo un bis árabe en la edad media, pero acabaron siendo arrasados. Luego vino Napoleón, que también se estrelló. Después Hitler con su espectacular daño mundial y fracaso. Y ahora lo intentan los islámicos de nuevo y volverán a fracasar. Ahora bien, en esta ocasión va a haber muchos más muertos, millones como no se corte esto ya.
¿Pero a qué diantre estamos esperando? Que estos criminales no se cortan un pelo.
Señores políticos, ajústense los calzones y actúen ya.
Francisco Hervás Maldonado, Coronel Médico en la reserva.