JE SUIS CHARLIE HEBDO
Francisco Hervás Maldonado Coronel Médico en la reserva
Si señores, a mi me importa un rábano ese diario, pero yo soy ese diario y cualquier diario libre del mundo. No se puede tolerar que unos asesinos nazis, por más que se digan islámicos, que no lo son, traten de sojuzgarnos al resto de la humanidad.
Me niego a volver al siglo VII. No pienso retroceder catorce siglos. No quiero volver a la esclavitud y a la miseria. Me gusta el agua caliente, la electricidad, la buena mesa e incluso adoro los biquinis. Es una infamia lo que esos canallas pretenden, con el apoyo tácito del mundo civilizado. ¿Qué hacen los Estados Unidos para frenarlos? ¿Qué hace la Unión Europea? ¿Qué hace Rusia? ¿Qué hace la gran China? Nada verdaderamente útil, sin duda. Se limitan a ignorarlos mientras engordan y decapitan a quienes le salen al paso. Es canalla, es cruel…, pero sobre todo es obsoleto, antiguo, rancio, estúpido… el degollar – por ejemplo – en el siglo XXI. Todo lo que hacen es cruel y absurdo, menos el egoísmo tan brutal que les domina. Ellos mandan y todos los demás han de obedecer. Las mujeres son esclavas sexuales, utilizadas casi en exclusivo para procrear o para gozarlas de maneras inicuas, porque a ellos lo que les da placer son los hombres, cuando no para que les sirvan de criadas. La homosexualidad está muchísimo más difundida entre los radicales islámicos que en ninguna otra comunidad, pero ellos, hipócritas, alardean de su machismo.
Yo soy Charlie Hebdo porque creo en la libertad de conciencia, porque creo en la bondad de los seres humanos, en el amor, en la convivencia, en la unión de todos los discrepantes en aras de un bien común. Eso no lo podéis comprender, ratas asesinas, porque vuestra esencia de maldad os supera. Sois agentes del diablo, sin duda. Y habéis elegido una religión en la que es bastante fácil incluir cualquier cosa si se posee mala voluntad, como a vosotros os pasa. Una religión que la habéis amañado a vuestro gusto, interpretando torticeramente el Corán. Lo vuestro no es el islam, sino el asesinato. Sois discípulos del diablo.
Sois unos canallas que os cagáis en lo que debieran ser vuestros principios. Matáis a vuestros correligionarios, a los de otras religiones y a todo lo que se menea. Hijos de la gran puta, soltad de una vez a las chiquillas secuestradas en Nigeria, devolved los pozos de petróleo de Irak a sus dueños, deponed las armas y trabajad, cosa que no habréis hecho en vuestra puñetera vida. Y si queréis cortar el cuello a alguien, ensayad con vuestros malvados imanes herejes, que os envenenan de maldad en beneficio propio, al contrario de los verdaderos imanes del verdadero islam, que no es el vuestro. Pero, sobre todo, no seáis catetos. Estudiad, culturizaos, aprended a hacer la o con un canuto, como mínimo. Sin cultura no pasareis de ser ratas.
Pero… ¡cuidado! Dios está por encima de vosotros y os va a pedir cuentas muy pronto, mucho antes de lo que sospecháis. Sois una mierda, desde luego, pero una mierda indecente y nociva, que es más mierda todavía.
No vamos a olvidar a uno solo de los que estáis matando. Ellos, desde el cielo, os van a juzgar algún día. Porque no os quepa duda de que estáis sacando billetes al infierno cada día. Ese es vuestro destino: sufrir eternamente. No hay paraíso en el que quepáis, ratas.
Australia, Rusia, Japón, Noruega y recientemente Holanda, han tomado medidas contra la difusión del islamismo radical. Detrás irán todos los demás países.
Señores políticos, tomen nota: ni una sola mezquita sin control, pues los radicales las utilizan como centros de reclutamiento de asesinos, ni un solo cambio de jornada laboral, ni una sola escuela árabe apócrifa, ni un solo permiso de residencia más, salvo que posea un informe favorable de la policía de su país y de la nuestra. Y deberíamos querellarnos contra quien defienda cualquiera de los crímenes de esta gentuza, como el merluzo de Willy Toledo, que no es más tonto porque no se entrena.
¿Dónde está nuestro gobierno? Dejen de legislar tontadas y legislen sobre la prohibición del islamismo radical: burka, velos, etc. Porque como vea alguno o una chilaba, no se si me voy a poder contener. A grandes males, grandes remedios, porque vamos derechos a una guerra mundial como esto no se ataje pronto. Y no deseo que muera ningún cristiano ni tampoco ningún islámico decente, que son la inmensa mayoría, ni sus mujeres o hijos.
En fin, señores criminales, vayan ustedes a la mierda de momento. Y luego a la cárcel y a trabajar en ella sin parar, que les hace mucha falta, so gandules. Creo que estoy indignado. ¿Se me nota?
Francisco Hervás Maldonado Coronel Médico en la reserva