Nuestro colaborador D. Francisco Hervás Maldonado, Coronel Médico en Reserva, nos envia un nuevo articulo, interesante e incisivo como todos los suyos, y lo principal, totalmente transparente en su pluma, para que todos lo entendamos.
Dentro de poco, la futura generación de españoles se harán esa pregunta. Para ellos, ser europeo estará más o menos claro (con muchos matices, por supuesto, pero por lo general se aceptará el término), y luego, lo siguiente será su pueblo o aldea, algo la comarca, muy poquito la región, hasta hace poco llamada autonomía, y nada el estado. Sí, es posible que conozcan la península ibérica, pero más en lo tocante a su geografía que a su historia. Quinientos años de existencia serán suprimidos por orden de los régulos de turno para bien de sus bolsillos. Pasaremos del medioevo al siglo XXI, sin que a nadie le importe un rábano los siglos XVI al XX.
Es un desbarajuste total. Nos estamos inventando la historia. O mejor dicho, la suprimimos de un plumazo y creamos otra historia idílica y falsa, más que el alma de Judas. Hay que ser imbécil para hacer esto, por muy nacionalista que se sea. Hay que ser imbéciles porque solo la verdad nos puede hacer libres. Lo otro es ser como el ganado: ovino, caprino, bovino e incluso piscícola. Los nacionalistas tienen una vocación frustrada del pastoreo. Y eso que no hay nada más idílico que un pastor con su ganado. Pero estos no son realmente pastores, sino cuatreros, ladrones de ganado. En el oeste los ahorcaban. Ahora eso ya no se lleva. Ahora les dan dinero y medallas. Las relaciones humanas se dulcifican con el paso del tiempo. Sin embargo, en esencia siguen manteniéndose los mismos principios. Por ejemplo, la defensa a ultranza de la esclavitud. Un esclavo es un votante, sobre todo si vota a partidos extremistas, como los de los coleteros del antifaz, que ya se lo quitarán, ya… Pero es igualmente esclavo si elige por odio, despecho o venganza, y no por calidad y honradez, por capacidad y transparencia, por generosidad y sinceridad… Estas son las premisas de los hombres libres, no de los esclavos.
¡Políticos…! ¿Pero qué es la política? Pues un invento griego para justificar el gobierno de la libertad de los conciudadanos (polis), por desgracia en beneficio propio las más de las veces, aunque en honor a la verdad hay que reconocer que no siempre. Por eso, la política en su estado más originario es lo que se ejerce en los municipios. La política no es el gobierno de los pueblos, sino el gobierno de “mi” pueblo, al menos así sucedía en un principio. La democracia es un cuento griego para justificar el hacer lo que a uno le zumbe, siendo uno el político de turno. De hecho, en las antiguas polis griegas, solamente votaban los ciudadanos y no los esclavos, pese a que estos fueran mayoría. Es como si – trasladado a los tiempos actuales – solamente pudiesen opinar los del mismo partido y no la oposición. Es así que la democracia, en su origen, nace viciada por su sectarismo. Sir Winston Churchill decía que la democracia es el peor de los sistemas políticos en libertad. Según él, porque no había otros. Pero Churchill no estaba muy atinado, en tanto en cuanto la democracia discrimina a los ciudadanos en base a la ley. Por ejemplo, las leyes europeas no son admitidas en los países islámicos y viceversa. La diferencia está en que los unos toleran a los otros, pero los otros matan directamente a los unos, como se opongan a su doctrina. Luego la democracia es también débil, porque no defiende la igualdad de los ciudadanos, sino que prima la intolerancia sobre la coexistencia.
Por tanto no me vengan con cuentos de política y democracia. Digan la verdad: el ego frente a la generosidad. La verdadera gestión de la “res publica” es competencia de los funcionarios, toda vez que ellos ejercen un compromiso unitario de servicio, independientemente del partido que gobierne. Bueno, pues a darles el sablazo: sin extraordinaria, sueldos congelados, cuando no bajados, etc. El funcionario es confundido con el sirviente personal, dado que muchos políticos confunden el servicio al ciudadano con la propiedad de las cosas. Y por si éramos pocos, parió la abuela. Me refiero a la pléyade de asesores: hijos, sobrinos o cuñados de…, que no saben hacer la o con un canuto y que perciben un sueldo fijado al tran-‐trán por el pariente político o sus amigotes, un sueldo por hacer… ¿pero es que hacen algo útil? ¡Ay, amigos, qué poco probable será ver sus nombres y apellidos, curriculum y sueldos en el portal de transparencia! En realidad, hoy por hoy portal de veladura, con un cendal tupido por algunas zonas. Sin embargo, al menos alguien ha empezado a explicarse, el PP. Porque la transparencia en el portal de Podemos es de vergüenza. Véanlo, verán cómo se vive de la jeró, que dirían los gitanos: http://transparencia.podemos.info ¡Vaya morro! Ni un céntimo justificado o declarado.
Bueno, pues me he molestado en comprobar la transparencia en las webs de los principales partidos, además de Podemos, que es opacidad pura y dura. El PP hace un simulacro pero no se explica. Ninguno de sus políticos aparece en la web con sus ingresos y declaración de bienes. Sí, dicen lo que van a hacer, pero no se lo aplican por ahora. Sin embargo el PSOE es claro y diáfano. La web más transparente de los tres principales partidos, sin lugar a dudas. La transparencia en Izquierda Unida ¿qué, qué es eso? Nada de nada. Igual en CiU, res de res. Alguna cuenta en el PNV, pero muy genérico todo. UPyD se atiza con el incensario, pero no dice gran cosa, en realidad. Lo de Ciudadanos es ejemplar, sin duda. Las cuentas al detalle, de manera primorosa.
Por tanto, nota de transparencia a los partidos:
PP = 6, PSOE = 9, Podemos = 1, IU = 0, CiU = 0, PNV = 4, UPyD = 6, Ciudadanos = 9.
Aunque uno no deja de plantearse ciertas dudas. ¿Servirá la transparencia para algo? Porque algunos políticos, cuando se les pregunta si roban, deberían responder como aquél gitano: ¿es que hay que decir el oficio?
España se desangra. España se desmembra. La honradez es imprescindible, sin duda, pero ya no es suficiente. Van lentos, muy lentos. Hay que meter mano a quienes quieren destruirnos, los cuales – desgraciadamente – están en casa. Eso sí, con el apoyo de algunos individuos extranjeros de diverso pelaje. Y se sabe quienes son con toda claridad, que el CNI hace algo más que comer pipas. Y se sabe quienes son los países que los apoyan. Lo se hasta yo, que siempre soy el último en enterarme de todo…
¿O es que acaso nos importa un rábano algo más que nuestra aldea?
En fin, que tengamos una Feliz Navidad y un año 2015 lleno de buenas cosas.
Francisco Hervás Maldonado, Coronel Médico en la Reserva.